poesia, poesias, poesia corta, poesias cortas, poetas, poemas

jueves, 3 de enero de 2019

Victoria Cuenca Gnecco, Almería





VIDA

Del Libro, Hora Nona

El sol, su luz en el ocaso ha hundido.
Roza la brisa con su embrujo ardiente
a la pequeña flor, al suave ruido
con que a las hojas murmurar se siente.
Salta la rana de su quieta poza
y entre los pinos verdes, escondido,
el pequeño jilguero se alboroza
sobre la rama en que tejió su nido.

Canto es alzado a la serena noche,
que ya por el oriente,
cercada de su séquito de sombras
muestra apacible su arrugada frente.
Compartiendo el imperio del espacio
las sombras y la luz: leves celajes
tejidos como mágicos encajes
rojo, azulado, gris, verde y topacio
que al sol, oculto ya, sirven de espejo,
orlando con su brillo el horizonte
cuando encendidos lanzan a lo lejos
por el oriente, sobre el alto monte,
los astros de la noche sus reflejos.

¡Qué singular tristeza!
las ráfagas grisáceas que atesora
esta solemne y apacible hora,
cuando el imperio de la noche empieza.
¡Duerme!, naturaleza,
en el silencio de la sombra oscura
que entonces es cuando, atrevida el alma,
su cárcel material romper procura
y tiende rauda el vuelo,
escala y mira la región del Cielo
donde la antorcha de los astros brilla
y va de maravilla en maravilla.
Cantos de gloria al Hacedor levanta
al sentir de la noche, en su reposo,
como en la voz del huracán furioso
la huella prodigiosa de Su planta.



Victoria Cuenca Gnecco
Almería




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Más poesias en http://www.manosalarte.com/poesiascortas.htm