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lunes, 30 de diciembre de 2019

Cuento el alforfon, variedad de trigo sarraceno, audio cuento

Audio poemas de Vicente Aleixandre, Vida, Verdadd siempre,Sombra feliz,...

miércoles, 31 de julio de 2019

viernes, 31 de mayo de 2019

gracias ¡ está bien ! Amado Nervo



Porque contemplo aún albas radiosas 
y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas 
en que tiembla el lucero de Belén, 
y hay rosas, muchas rosas, muchas rosas 
gracias, ¡está bien! 

Porque en las tardes, con sutil desmayo, 
piadosamente besa el sol mi sien, 
y aun la transfigura con su rayo: 
gracias, ¡está bien! 

Porque en las noches una voz me nombra 
(¡voz de quien yo me sél), y hay un edén 
escondido en los pliegues de mi sombra: 
gracias, ¡está bienI 

Porque hasta el mal en mí don es del cielo, 
pues que, al minarme va, con rudo celo, 
desmoronando mi prisión también; 
porque se acerca ya mi primer vuelo: 
gracias, ¡está bien!



lunes, 27 de mayo de 2019

Poesias cortas: Santiago Montobbio

Poesias cortas: Santiago Montobbio: Santiago Montobbio LA POESÍA INUNDA LOS PASILLOS, LAS AULAS, las calles, las alcobas. La poesía es tan libre como un pájaro y no se res...

Santiago Montobbio




Santiago Montobbio

LA POESÍA INUNDA LOS PASILLOS, LAS AULAS,
las calles, las alcobas. La poesía
es tan libre como un pájaro
y no se resiste a dejar de ser misterio.
La poesía nos puebla, nos inunda, nos penetra.
Pertenecemos a la poesía. La tierra es poesía.
Pero está también la noche, y el miedo,
y las fauces del tiempo y el olvido.
También la poesía es su signo.
Si abandono la poesía, del hombre abdico.
Aun en el silencio en ella vivo.



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miércoles, 15 de mayo de 2019

Pablo Neruda, soneto IX

Pablo Neruda 


Soneto IX
Al golpe de la ola contra la piedra indócil
la claridad estalla y establece su rosa
y el círculo del mar se reduce a un racimo,
a una sola gota de sal azul que cae.
Oh radiante magnolia desatada en la espuma,
magnética viajera cuya muerte florece
y eternamente vuelve a ser y a no ser nada:
sal rota, deslumbrante movimiento marino.
Juntos tú y yo, amor mío, sellamos el silencio,
mientras destruye el mar sus constantes estatuas
y derrumba sus torres de arrebato y blancura,
porque en la trama de estos tejidos invisibles
del agua desbocada, de la incesante arena,
sostenemos la única y acosada ternura.
OTROS POEMAS DE  PABLO NERUDA

lunes, 13 de mayo de 2019

Ruben Dario a Margarita Debayle, poema

Ruben Dario

MÁS POEMAS DE RUBÉN DARÍO


Canción


Rubén Darío 


(A la manera de Valtierra)
Amor tu ventana enflora
y tu amante esta mañana
preludia por ti una diana
en la lira de la Aurora.
Desnuda sale la bella,
y del cabello el tesoro
pone una nube de oro
en la desnudez de estrella;
y en la matutina hora
de la clara fuente mana
la salutación pagana
de las náyades a Flora.
En el baño al beso incita
sobre el cristal de la onda
la sonrisa de Gioconda
en el rostro de Afrodita;
y el cuerpo que la luz dora,
adolescente, se hermana
con las formas de Diana
la celeste cazadora.
Y mientras la hermosa juega
con el sonoro diamante,
más encendido que amante
el fogoso amante llega
a su divina señora.
FIN
Pan, de su flauta desgrana
un canto que, en la mañana,
perla a perla, ríe y llora.
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viernes, 10 de mayo de 2019

Rubén Darío Alla lejos



ALLA LEJOS

Buey que vi en mi niñez echando vaho un día
bajo el nicaragüense sol de encendidos oros,
en la hacienda fecunda, plena de la armonía
del trópico; paloma de los bosques sonoros
del viento, de las hachas, de pájaros y toros
salvajes, yo os saludo, pues sois la vida mía.
Pesado buey, tú evocas la dulce madrugada
que llamaba a la ordeña de la vaca lechera,
cuando era mi existencia toda blanca y rosada;
y tú, paloma arrulladora y montañera,
significas en mi primavera pasada
todo lo que hay en la divina Primavera.






jueves, 9 de mayo de 2019

Poesias cortas: Alfonso Reyes ¡A cuernavaca !

Poesias cortas: Alfonso Reyes ¡A cuernavaca !: ¡A CUERNAVACA! A Cuernavaca voy, dulce retiro, cuando, por veleidad o desaliento, cedo al afán de interrumpir el cuento y dar a mi ...

Alfonso Reyes ¡A cuernavaca !



¡A CUERNAVACA!

A Cuernavaca voy, dulce retiro,
cuando, por veleidad o desaliento,
cedo al afán de interrumpir el cuento
y dar a mi relato algún respiro.
A Cuernavaca voy, que sólo aspiro
a disfrutar sus auras un momento:
pausa de libertad y esparcimiento
a la breve distancia de un suspiro.
Ni campo ni ciudad, cima ni hondura;
beata soledad, quietud que aplaca
o mansa compañía sin hartura.
Tibieza vegetal donde se hamaca
el ser en filosófica mesura...
¡A Cuernavaca voy, a Cuernavaca!



lunes, 6 de mayo de 2019

Poesias cortas: poemas de Antonio Gala. No por amor, no por triste...

Poesias cortas: poemas de Antonio Gala. No por amor, no por triste...: No por amor, no por tristeza... No por amor, no por tristeza, no por lo nueva soledad: porque he olvidado ya tus ojos hoy tengo ganas ...

poemas de Antonio Gala. No por amor, no por tristeza

No por amor, no por tristeza...



No por amor, no por tristeza,
no por lo nueva soledad:
porque he olvidado ya tus ojos
hoy tengo ganas de llorar.
Se va la vida deshaciendo
y renaciendo sin cesar:
la ola del mar que nos salpica
no sabemos si viene o va.
La mañana teje su manto
que la noche destejerá.
Al corazón nunca le importa
quién se fue sino quién vendrá.
Tú eres mi vida y yo sabía
que eras mi vida de verdad,
pero te fuiste y estoy vivo
y todo empieza una vez más.
Cuando llegaste estaba escrito
entre tus ojos el final.
Hoy he olvidado ya tus ojos
y tengo ganas de llorar.


Selección de sus poemas en https:manosalarte.com/antoniogala.html

lunes, 18 de febrero de 2019

Poesias cortas: Pablo Neruda Soneto 22

Poesias cortas: Pablo Neruda Soneto 22: Soneto 22 Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,  sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,  en region...

Pablo Neruda Soneto 22


Soneto 22
Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo, 
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura, 
en regiones contrarias, en un mediodía quemante: 
eras sólo el aroma de los cereales que amo. 
Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa 
en Angola, a la luz de la luna de Junio, 
o eras tú la cintura de aquella guitarra 
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido. 
Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria. 
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato. 
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto 
mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: 
frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. 
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.




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viernes, 8 de febrero de 2019

Elena Medel



ELENA MEDEL
Aquello en lo que te fijas cuando salimos por las noches

Mi madre me enseñó que la mejor forma de pasar por la
vida era renunciando a la propiedad particular.
Ella me convenció de que podría transformar los balbuceos
en música de cámara, con mis zapatos.
Tus zapatos son mágicos, me dijo. Pierde uno y ganarás un marido.  
Vende dos y ante ti se revolverán las semillas de tu reino.
Y yo susurraba: mi reino eterno. Junto a él.
Decidí que los compraría de colores para camuflar mi identidad, 
sobrios si aspiro a desvelar mis secretos.
No tacones ni zapatos planos ni aerodinamismo; le quiero
suciamente. He descubierto que pasos-pequeños
conducen a una-mujer-seria-con-dos-rayas-absortas.
Descalza, de puntillas, vuelvo a tener diez años y a morirme
por dentro de tanta soledad.

La poeta cordobesa (poeta, que no poetisa) Elena Medel acaba de superar la treintena y es, ya desde hace años, una voz fundamental entre nuestros poetas actuales. 



sábado, 2 de febrero de 2019



“El cura verdugo de Ocaña”, de Miguel Hernández

15 enero 2009   El poeta Miguel Hernández, preso al final de la guerra civil, es trasladado al Penal de Ocaña en noviembre de 1940. Miguel Hernández daba clase a los reclusos analfabetos, y compuso este poema a hurtadillas de las autoridades carcelarias. En aquella prisión, proporcionaba consuelo espiritual a los condenados a muerte un cura especialmente sádico, conocido como el verdugo de Ocaña. Dicen de este piadoso cura que se reservaba el placer de dar el tiro de gracia a los fusilados (a veces los remataba a martillazos). El poeta muere de una tuberculosis en la enfermería de la prisión de Alicante el 28 de marzo de 1942, a los 31 años de edad.
Muy de mañana, aún de noche,
Antes de tocar diana,
Como presagio funesto
Cruzó el patio la sotana.
¡Más negro, más, que la noche
Menos negro que su alma
El cura verdugo de Ocaña!
Llegó al pabellón de celdas,
Allí oímos sus pisadas
Y los cerrojos lanzaron
Agudos gritos de alarma.
“¡Valor, hijos míos,
que así Dios lo manda!”
Cobarde y cínico al tiempo
Tras los civiles se guarda,
¡Más negro, más, que la noche
Menos negro que su alma
El cura verdugo de Ocaña!
Los civiles temblorosos
Les ataron por la espalda
Para no ver aquellos ojos
Que mordían, que abrasaban.
Camino de Yepes van,
Gigantes de un pueblo heroico,
Camino de Yepes van.

Su vida ofrendan a España,
Una canción en los labios
Con la que besan la Patria.
El cura marcha detrás,
Ensuciando la mañana.
¡Más negro, más, que la noche
Menos negro que su alma
El cura verdugo de Ocaña!
Diecisiete disparos
Taladraron la mañana
Y fueron en nuestros pechos
Otras tantas puñaladas.
Los pájaros lugareños
Que sus plumas alisaban,
Se escondieron en los nidos
Suspendiendo su alborada.
La Luna lo veía y se tapaba
Por no fijar su mirada
En el libro, en la cruz
Y en la “star” ya descargada.
¡Más negro, más, que la noche
Menos negro que su alma
El cura verdugo de Ocaña!

Elvira Sastre


La poesía me ama con tristeza
y me concede el don de saber cómo inventarte,
de traerte a mis orillas
y volverte espuma salada en los ojos.
La poesía me acaricia la espalda con los dientes,
deja un rastro de sangre caliente por mis dedos
y apuñala con ternura mis verdades
-Fragmento de “Imagi(a)na”-

jueves, 31 de enero de 2019

Carlos Catena Cózar


Carlos Catena Cózar

En mi familia
tú hablas de hijos que no sean nuestros
entonces yo te miro y te digo
las mujeres de mi familia heredan el nombre
y con él una serie de enfermedades:
a menudo sufren artrosis
les extirpan la matriz
y mueren de cáncer de colon
si yo tuviera una hija
me gustaría que comprendiera
el dolor que significa su nombre.


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martes, 29 de enero de 2019

Foto de una chica en la playa de Carmen Giménez Smith



FOTO DE UNA CHICA EN UNA PLAYA 

Una vez fui inofensiva
y no conocía nada mejor,
un espejo frente a mí
y un océano a mis espaldas,
Me tumbé encogida en mitad del alba,
frágil muñeca de papel, soñando,
después me esfumé. Le di al día una huella dactilar,
después olvidé.
Me senté desnuda en una toalla
en un caluroso lunes de junio.
El sol se grabó en mis párpados,
mientras un chico se amodorraba a mi lado.
El olor de todos los océanos a nuestro alrededor…
sal húmeda, concha y sudor,
pero me estiré a por el más lejano.
Una marea subió mientras dormía,
y pronto me quedé sola. Intentando ser
una figura en la memoria. Aquí hay un vacío.
Juraría que ella estaba en una playa
y tenía los ojos cerrados.
Estaba desnuda en la arena, tendida,
y las horas se la fueron llevando poco a poco.
Traducida por Sonia Pérez Bogantes
Carmen Giménez Smith (Nueva York, 1971) es una poeta, escritora y editora estadounidense. Trabaja como profesora de escritura creativa en varios centros universitarios y es además fundadora y editora de la casa Noemi Press. También fundó y co-dirige CantoMundo, una asociación literaria que promueve la poesía latina en Estados Unidos. Desde 2017 edita la sección de poesía de The Nation. Su libro de memorias Bring Down the Little Birds ganó el American Book Award en 2011, su colección de poesía Goodbye, Flicker, el Juniper Prize for Poetry también en 2011, y su poemario Milk and Filth fue nominado al National Book Critics Circle Award for Poetry en 2013. El poema aquí traducido por Sonia Pérez Bogantes pertenece a otra de sus colecciones de poesía destacadas, Odalisque in Pieces, de 2009.
Poema perteneciente a la antología de poesía contemporánea en inglés publicada en Oculta Lit y editada por Rebeca Gualberto.



jueves, 24 de enero de 2019

Cristina Castro Moral de Arrúgame



A ratos te veo al borde del abismo
recibiendo los vientos de la hora más negra 
 recuerdo el acabado mate del silencio 
una vez se durmió un cuervo sobre tu hombro 
gáname la batalla de la saliva 
aún así no sabrás por qué lo hacemos habitable 
mírame 
estoy acampando en el hueco de tus manos.

(De Arrúgame)


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martes, 22 de enero de 2019

Virginia Aguilar de Soslayo





Aunque me haga la loca 
 desde hace tiempo sé 
que mi ventilador pasa las páginas 
 sin leerlas; por eso,
 aunque no me lo pida, 
le explico los finales.


 (De soslayo).