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domingo, 29 de diciembre de 2013

Otro año que termina...otro año nuevo

Eva Margarita Escobar Sierra
OTRO AÑO QUE TERMINA… OTRO AÑO NUEVO


Desde mi estudio miro el titilar de las luces…
De una navidad que ya ha pasado…
De lo poco que falta para que el año acabe,
Dejándonos recuerdos de amores que se fueron,
Ilusiones terminadas, días que murieron;
Igual… Como se va la vida, como se pasa el tiempo.
Igual… Como  bailan las llamas en la chimenea
Al compás de la brisa helada, del invierno que empieza…
Otro  año que ha muerto.
Otro año que en su testamento,
Solo nos ha dejado muy pocas alegrías y, muchos sufrimientos.
Otro año… Que a veces, fue lento… Muy lento…
Y otras… ¡Corrió desbocado!
¡Buscando alegrías, buscando consuelo!
Fue fascinante haberlo vivido... Haberlo  gozado…
O… Hasta… Haberlo sufrido…
 ¡Fue fascinante!
¿Ahora?  ¡Nadie me lo quita!
Ya entró hacer parte  de mi vida… De mi presente…
Y pronto… También… Del pasado…
Entonces, cerraré los ojos… Sentiré tus manos…
 Acariciando mi cuerpo, con la fuerza de un hombre
Y la delicadeza… Del enamorado…
Suspirare muy hondo… Escribiré algo…
Soltare las  velas del pequeño navío
Y viajare  de nuevo, por el mar del tiempo
Que pronto, recibiré, como regalo….
En esta nueva aventura, que se inicia…
 ¿Te encontrare?
¿O seguirás siendo el fantasma,
Que se vislumbra en cada atardecer
En el lejano horizonte de mis sueños.
En el horizonte del mar de mis recuerdos.
En cada palabra que escribo o, en cada pensamiento?
Mejor… Viviré cada instante, felizmente tranquila
Hasta que la vida… decida si nos vemos, de nuevo.
En tu mundo, en mi mundo, o en el cielo…
Un año que termina… Otro año nuevo… 
Eva

jueves, 19 de diciembre de 2013

poesia corta desde santo domingo

el mar

cuando el mar sea redondo
y el sol deje de brillar
ese sera el dia
que te podré olvidar

georuissa

miércoles, 18 de diciembre de 2013

La sombra


La sombra

Donde tu vas, ella te acompaña,
Tu propio caminar la lleva junto a ti.
Es la sombra de tu cuerpo, de tu vida,
que desprenderse de ti no quiere. -te vigila-.
Cuida de su dueña no la deja sola
ni de dia ni de noche
y mientras su dueña duerme....
la sombra, duerme con ella.

F.M.Herrero

lunes, 16 de diciembre de 2013

Agua, vida y tierra

Agua, Vida Y Tierra 

Yo fui estallido fuerte de la selva y el río,
y voz entre dos ecos, me levanté en las cuestas.
De un lado me estiraban las manos de las aguas,
y del otro, prendíanme sus raíces las sierras.
Cuando mi río subía su caricia silvestre
en aventuras locas con el rocío y la niebla,
con el mismo amor loco que impulsaba mi sueño,
lejos de sorprenderlo, me hospedaba en las sierras.
Pero si alguna sombra le bajaba a los ojos,
  me repetía en sus aguas hasta dar en la arena,
  y era mi grito nuevo como un tajo en el monte
que anegaba las calles y golpeaba las puertas.
A veces la montaña se me vestía de flores
e iniciaba en mi talle curvas de primavera.
Quién sabe en qué mañana se apretaron mis años
sobre senos y muslos y caderas de piedra!
Se treparon mis ojos al rostro de los árboles
  y fueron mariposas sus vivas compañeras
así es como en los prados voy buscando las flores,
y alas pido en las almas que a mi vida se acercan.
Mis dedos arañaron la fuerza de los riscos,
y juraron ser índices de mis futuras vueltas;
por eso entre los cuerpos doblados de los hombres,
como puntales puros de orientación se elevan.
Yo fui estallido fuerte de la sierra y el río,
y crecí amando el río e imitando la sierra…
Una mañana el aire me sorprendió en el llano:
ya mi raíz salvaje se soltaba las riendas!
Pálidas ceremonias saludaron mi vida,
y una fila de voces reclamaron la prenda…
Mis labios continuaron el rumor de las fuentes
donde entrañé mis años y abastecí las venas.
De ahí mi voz de ahora, blanca sobre el lenguaje,
se tiende por el mundo como la dio la tierra!

Julia de Burgos

viernes, 13 de diciembre de 2013

Cultivo una rosa blanca



Cultivo Una Rosa Blanca

Cultivo una rosa blanca
en julio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mamo franca
y para el cruel que arranca
el corazón con que vivo
cultivo una rosa blanca..
You And My Love Forevel....

Ana Maria Cotizze Mondesii

jueves, 12 de diciembre de 2013

POEMA 20







Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, 
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos». 

El viento de la noche gira en el cielo y canta. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 

Ella me quiso, a veces yo también la quería. 
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Como para acercarla mi mirada la busca. 
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Cuando estuve en el mar



Cuando estuve en el mar era marino... 

Cuando estuve en el mar era marino
este dolor sin prisas.
Dame ahora tu boca:
me la quiero comer con tu sonrisa.
Cuando estuve en el cielo era celeste
este dolor urgente
Dame ahora tu alma:
quiero clavarle el diente.
No me des nada, amor, no me des nada:
yo te tomo en el viento,
te tomo del arroyo de la sombra,
 del giro de la luz y del silencio,
de la piel de las cosas
y de la sangre con que subo al tiempo.
Tú eres un surtidor aunque no quieras
y yo soy el sediento.
No me hables, si quieres, no me toques,
no me conozcas más, yo ya no existo.
Yo soy sólo la vida que te acosa
y tú eres la muerte que resisto

Jaime Sabines

lunes, 9 de diciembre de 2013




ROMANCE DE LA LUNA LUNA


La luna vino a la fragua 
con su polisón de nardos. 
El niño la mira mira. 
El niño la está mirando. 

En el aire conmovido 
mueve la luna sus brazos 
y enseña, lúbrica y pura, 
sus senos de duro estaño. 

Huye luna, luna, luna. 
Si vinieran los gitanos, 
harían con tu corazón 
collares y anillos blancos. 

Niño déjame que baile. 
Cuando vengan los gitanos, 
te encontrarán sobre el yunque 
con los ojillos cerrados. 

Huye luna, luna, luna, 
que ya siento sus caballos. 
Niño déjame, no pises, 
mi blancor almidonado. 

El jinete se acercaba 
tocando el tambor del llano. 
Dentro de la fragua el niño, 
tiene los ojos cerrados. 

Por el olivar venían, 
bronce y sueño, los gitanos. 
Las cabezas levantadas 
y los ojos entornados. 

¡Cómo canta la zumaya, 
ay como canta en el árbol! 
Por el cielo va la luna 
con el niño de la mano. 

Dentro de la fragua lloran, 
dando gritos, los gitanos. 
El aire la vela, vela. 
el aire la está velando.


Federico Garcia Lorca

1964

 


1964

I
 Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,
  cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.
Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente
  para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.

II

Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
  y diverso que el mar. La vida es corta
y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna
y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.

Jorge Luis Borges

sábado, 7 de diciembre de 2013

A tientas

 




A tientas 


Se retrocede con seguridad
pero se avanza a tientas
uno adelanta manos como un ciego
ciego imprudente por añadidura
pero lo absurdo es que no es ciego
y distingue el relámpago la lluvia
los rostros insepultos la ceniza
la sonrisa del necio las afrentas
un barrunto de pena en el espejo
la baranda oxidada con sus pájaros
la opaca incertidumbre de los otros
enfrentada a la propia incertidumbre
se avanza a tientas / lentamente
por lo común a contramano
de los convictos y confesos
en búsqueda tal vez
de amores residuales
que sirvan de consuelo y recompensa
o iluminen un pozo de nostalgias
se avanza a tientas/ vacilante
no importan la distancia ni el horario
  ni que el futuro sea una vislumbre
o una pasión deshabitada
  a tientas hasta que una noche
se queda uno sin cómplices ni tacto
y a ciegas otra vez y para siempre
  se introduce en un túnel o destino
que no se sabe dónde acaba

 Mario Benedetti